Las distracciones representan el 32% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales, según estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT). Es fundamental prevenir y evitar las distracciones por nuestra seguridad y la de los demás usuarios que circulan por la carretera. Una pequeña distracción nos hace perder la concentración y nuestra atención se reduce.
Estas son las distracciones al volante más comunes.
- El teléfono móvil. Es obligatorio el uso de un dispositivo de manos libres para mantener conversaciones telefónicas mientras se conduce. E incluso utilizando un dispositivo de manos libres, los conductores no perciben el 40% de las señales de tráfico tras hablar más de 3 minutos y su tiempo de reacción ante cualquier imprevisto es mayor. Escribir mensajes de texto mientras se conduce es incluso más peligroso, puesto que durante el proceso de escritura podemos llegar a recorrer más de 600 metros sin prestar la atención debida a la carretera. El estudio ‘Observatorio sobre comportamientos de los conductores en la red de Autopistas’ muestra como hasta el 4,6% de los conductores hacen uso del teléfono móvil mientras conducen, incluso durante las maniobras de adelantamiento.
- Comer o beber. Cuando se conduce las dos manos deben ir situadas al volante. Comer o beber nos obligará a ocupar alguna de ellas en sostener la comida o la bebida, lo que dificultará el manejo del vehículo. Esta práctica puede ser considerada conducción negligente.
- El tabaco. Sujetar, encender o apagar un cigarrillo mientras se conduce genera pequeñas distracciones que pueden suponer un peligro para nuestra seguridad.
- La búsqueda de objetos. Buscar algo en la guantera o en los asientos puede provocar distracciones de décimas de segundo que pueden acabar en accidentes.
- El GPS. Echar un pequeño vistazo al GPS nos distrae de la carretera por unos segundos. Por ello, se recomienda utilizar un GPS con voz y, si es posible, conocer la ruta de antemano.
- Drogas o alcohol. Alteran gravemente nuestras capacidades para conducir, reducen gravemente nuestro nivel de atención y aumentan el riesgo de sufrir un accidente. Además del alcohol y las drogas también es necesario leer los prospectos de los medicamentos que vayamos a tomar para asegurarnos de que no afectan nuestra capacidad de conducir. Estos dos factores han estado presentes en el 11% y 12% de los accidentes mortales en 2017, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
- El acompañante. Conversar con nuestro acompañante mientras conducimos puede ayudarnos a mantenernos alerta a las circunstancias de la conducción, pero en algunas ocasiones también puede provocar una reducción de nuestras capacidades al volante.
Conducir siempre con precaución, prudencia, responsabilidad y, por supuesto, cumpliendo la Normativa, ha de ser la prioridad de un conductor para conseguir que tanto él como todas las personas que circulen tengan un feliz viaje. Al volante, distracciones cero.