Las líneas blancas que delimitan la calzada y los carriles de la autopista no son una simple marca de pintura para guiar visualmente al conductor, sino que se trata de un elemento fundamental de seguridad vial.
Son varias las características necesarias para que las bandas blancas cumplan perfectamente su función, como sus capacidades reflectantes y antideslizantes. Una importantísima propiedad de las líneas blancas es que pueden actuar como señal de advertencia acústica y vibratoria para alertar a los conductores de que puede ser necesario realizar alguna acción preventiva o corregir la trayectoria del vehículo en un momento determinado.
Aunque por lo general las bandas con resaltes sonoros se sitúan en los márgenes de la calzada, existen tramos donde estratégicamente los resaltes también se sitúan en la línea discontinua entre carriles con el objetivo de alertar a los conductores sobre un posible cambio de carril involuntario.
Las bandas sonoras, por tanto, son un equipamiento que permite aumentar los niveles de la seguridad vial de una autopista mediante dos tipos de aviso. Por una parte consiguen transmitir una vibración al conductor que se traslada a través de los neumáticos, la suspensión, el chasis y los asientos, con el resultado de un incremento inmediato de la atención en la carretera.
Por otra parte, las bandas sonoras deben su nombre al zumbido que emiten cuando un neumático circula por ellas. Este sonido pone en alerta no sólo al conductor del vehículo que ha superado el límite del carril y ha pisado la línea blanca, sino que también pone en alerta al resto de usuarios de la vía que circulan a poca distancia o a los peatones que se encuentran cerca.
Existe una gran variedad de dispositivos a modo de “pastillas” o “barritas” cuyas características y fines se ajustan al concepto expuesto, si bien las soluciones propuestas tienen que conciliar los efectos acústicos y mecánicos de los distintos modelos geométricos con los de la visibilidad y los de su mantenimiento a fin de obtener los resultados deseados.
Por lo tanto, los materiales empleados en su construcción, deberán tener suficiente calidad para garantizar su estabilidad, indeformabilidad, durabilidad y mantenimiento.
En particular, las bandas sonoras han de cumplir su función de seguridad vial en todas las condiciones climatológicas imaginables, como hielo, granizo, lluvia intensa o altas temperaturas, y a su vez soportar el paso de todo tipo de vehículos, desde motocicletas ligeras hasta vehículos pesados.
Por ello, las bandas sonoras son uno de los muchos elementos que nos ayudan a garantizar la máxima seguridad vial de los usuarios de autopistas en todos sus desplazamientos, siendo capaces de evitar un accidente y de mantener al conductor concentrado en la carretera.