Una conservación integral de carreteras exige no sólo mantener en buenas condiciones el pavimento por el que circulan los vehículos, sino el conjunto de la infraestructura incluyendo operaciones como la siega y desbroce de los márgenes, cunetas y medianas de las autopistas.
El control de la vegetación dista mucho de ser una actuación meramente estética, sino que persigue objetivos fundamentales, tanto para la Seguridad Vial de los usuarios de la vía, como para el mantenimiento general de la infraestructura:
- Se genera una zona de seguridad para facilitar que los vehículos puedan realizar maniobras de evasión ante accidentes.
- Mejora la visibilidad de las señales de tráfico y del balizamiento (captafaros situados en las barreras de seguridad)
- Mejora la visibilidad en las curvas.
- Contribuye a evitar que especies arbóreas y arbustivas generen puntos de peligro.
- Se controla el riesgo de incendio en márgenes.
- Facilita el drenaje del entorno de la vía en caso de lluvias
- Minimiza deterioros en estructuras, obras de fábrica y elementos ITS, principalmente causados por la vegetación.
- Garantiza un mejor estado de las vallas de cerramiento y permite la inspección de toda la valla perimetral para detectar deterioros que pudieran ser origen de entradas de animales.
La campaña de siega y desbroce es estacional. Se inicia habitualmente en abril y finaliza en noviembre, aunque en primavera es cuando se dedican más medios materiales para mantener los márgenes, cunetas y medianas en las mejores condiciones. El número de actuaciones a realizar a lo largo de estos meses varía entre 2 y 4, en función de factores como la pluviometría del año, la temperatura y las horas de luz.
En pleno verano, la prioridad es evitar la propagación de los incendios forestales, por lo que hay que disponer de medios para una primera intervención en caso de fuego. En invierno, por el contrario, la principal tarea es la retirada de maleza seca y la adecuación de las zonas de siega.
La operación de siega y desbroce se lleva a cabo con maquinaria de alto rendimiento o de forma manual, dependiendo de las características del entorno. En zonas amplias y sin obstáculos se utilizan tractores de alto rendimiento para asegurar rendimientos de entre 20.000 y 30.000 m2/día, y en zonas de difícil acceso se emplean desbrozadores manuales con un rendimiento de 1.500 m2/día. También se emplean segadoras autopropulsadas y remolques.
Para tener mejores resultados y alargar en el tiempo el trabajo realizado mediante el desbroce mecánico, se aplican tratamientos con productos químicos de forma complementaria. Los equipos autónomos de tratamiento con este tipo de sustancias, montados sobre camión, permiten el tratamiento a una velocidad entre 25-30 km/h, aportando la cantidad requerida del producto.
La mayor parte de operaciones de siega y desbroce se producen en entornos con un tráfico elevado y en terrenos irregulares, por lo que es imprescindible extremar las precauciones para minimizar los riesgos derivados de la interacción del tráfico con la actividad del personal de mantenimiento, en el entorno de la actuación.
Es igualmente imprescindible proyectar toda la señalización, tanto en la zona de trabajo como previa a la misma, con protocolos muy estrictos, para dar comienzo al desbroce mecánico con las máquinas adecuadas a la movilidad en cada parte de la vía.
Para ello, en Autopistas disponemos de un manual con criterios operativos que sirven de guía para garantizar los más altos estándares de Seguridad Vial.
Todos los trabajos son planificados y supervisados desde los Centros de Operaciones y Seguridad Vial, que disponen de una visión global de la situación del tráfico y de la infraestructura.