A menudo, las personas que llevan años conduciendo no se dan cuenta de las habilidades que requiere llevar un vehículo de manera correcta. Se trata de una actividad que exige la máxima atención y, como todas las actividades que exigen un elevado nivel de concentración, es importante que te encuentres en las mejores condiciones tanto físicas como psicológicas cuando ocupes el asiento del conductor. Hoy queremos centrarnos en aquellos factores físicos que pueden afectar de manera negativa a la conducción, para que aprendas a identificarlos y, por lo tanto, a evitarlos.
Fatiga
Muchos expertos aseguran que un elevado porcentaje de accidentes de coche está directamente relacionado con la fatiga. Esto no implica necesariamente tener sueño porqué, aunque no corras el riesgo de quedarte dormido, el cansancio físico reduce sustancialmente tu capacidad de reacción al volante. Además, disminuye tu capacidad de mantener la atención en una misma actividad durante un largo periodo de tiempo, lo que es contraproducente para conducir.
Sueño
Quedarte dormido al volante, aunque sólo sea por unos segundos, es una de las principales causas de accidentes de tráfico. Si te encuentras bostezando, sientes picor o se te están cerrando los ojos mientras conduces, busca un área de servicio donde parar el vehículo y descansar un rato. Es preferible que tu viaje se prolongue más de lo necesario a que asumas el riesgo de quedarte dormido.
Enfermedades
Muchas enfermedades comunes incrementan los riesgos de sufrir un accidente, aunque la mayoría de personas que las sufren no son conscientes de ello. Entre las que más afectan a quien las padece destacan la hipertensión, la gripe e incluso el resfriado. Las alergias son otra de las dolencias que afectan negativamente las habilidades de conducir. Además, los medicamentos que contrarestan sus efectos suelen provocar somnolencia, lo que, tal como se ha mencionado anteriormente es muy peligroso para un conductor.
Edad
Si bien es cierto que cada persona es un mundo, es común que a medida que pasan los años, las personas pierdan capacidad de reacción y reflejos. Aunque no hay una edad específica a la que alguien debería dejar de conducir, es importante que tengas en cuenta que a partir de cierta edad es posible que tus habilidades hayan cambiado y, por lo tanto, deberías actuar en consecuencia. Por ejemplo, es muy recomendable que las personas mayores hagan descansos más a menudo cuando conducen.
Recuerda, es responsabilidad de todos os conductores permanecer alerta a estas cuestiones que, sin duda, contribuirán a reducir los riesgos en carretera.