Afrontamos octubre acostumbrados a una conducción más relajada tras unos meses en los que hemos disfrutado del buen tiempo y largas jornadas de luz.
Pero esta estación del año se caracteriza por cambios bruscos en la meteorología, pasando de momentos de sol o niebla a lluvias intensas e imprevistas. Además, la reducción de horas de sol y la bajada progresiva de las temperaturas hacen necesario que aumentemos la prudencia para afrontar esta nueva estación del año con tranquilidad.
Hemos recopilado una serie de consejos que te ayudarán a controlar tanto los preparativos de tus viajes como tus desplazamientos y a iniciar un otoño seguro al volante.
Revisa el vehículo antes de viajar
Una puesta a punto del vehículo después del verano es recomendable. Presta especial atención a los neumáticos ya que son el punto de unión de nuestro vehículo con el asfalto y su buen estado es una prioridad para que viajes con seguridad.
Consulta el tiempo previamente
Es imprescindible consultar la previsión meteorológica con anterioridad al inicio de tu desplazamiento, ya que es una época inestable y las condiciones en carretera pueden variar bastante en un mismo día.
Conducir con lluvia
La calzada mojada, la disminución de la visibilidad provocada por la lluvia o la velocidad inadecuada pueden provocar que se pierda el control sobre el vehículo. De este modo, la conducción con lluvia requiere que adoptemos una serie de medidas que garanticen un nivel óptimo de seguridad.
- Mantén la calma. Cuando se conduce en situaciones de climatología adversa se produce un aumento de la fatiga. Por ese motivo, es necesario que permanezcas tranquilo y que, en caso de que la lluvia impida proseguir tu camino con normalidad, pares en un Área de servicio o de descanso
- Aumenta la prudencia. Adecua la velocidad a la situación de la vía, aumenta la distancia de seguridad y señaliza las maniobras con tiempo suficiente para ser visto. Intenta conducir siguiendo la estela del resto de los vehículos y no detengas tu vehículo. Continúa circulando en caravana aunque sea a baja velocidad. Los vehículos que te preceden te harán de referencia ante la pérdida de visibilidad.
- Evita adelantar en situaciones con poca visibilidad.
- Ver y hacerte ver. Enciende las luces de cruce y de corto alcance en caso necesario. Evita que se acumule el vaho encendiendo el sistema de ventilación. En caso de sufrir una incidencia, no te quedes dentro del vehículo, señaliza la situación mediante las luces de emergencia para alertar al resto de conductores, ponte el chaleco reflectante, sal del vehículo a pesar de la lluvia, si las condiciones del tráfico lo permiten, y sitúate detrás de la barrera o en una zona lo más alejada posible del tráfico.
Conducir con niebla
La niebla también exige un mayor nivel de atención al volante para evitar accidentes ya que reduce la visibilidad y humedece el pavimento. Además de seguir las recomendaciones anteriores, te recordamos alguna más específica:
- Presta atención a la señalización.
- Adapta la velocidad y evita adelantar en situaciones de poca visibilidad. Intenta mantener la velocidad que marquen los otros vehículos y recuerda que con niebla intensa se puede perder la sensación de velocidad.
- Mantén una mayor distancia de seguridad con el vehículo de delante, pero sin perderlo de vista. Evita hacer maniobras bruscas.
- No te detengas, tampoco en el arcén. Aunque pueda parecerte la solución más segura, podrías provocar un accidente si los otros vehículos no te ven.
- Usa las luces de cruce y antiniebla para hacerte más visible. La tendencia natural es activar las luces largas, pero estas provocan un efecto espejo que deslumbra al conductor y dificulta la visibilidad.
- Guíate por la línea continua del lado derecho y por las marcas de galones que encontrarás en algunas autopistas. Esto te ayudará a percibir qué nivel de niebla hay.
Más información: