La actitud al volante es uno de los factores determinantes para conducir con seguridad y evitar posibles accidentes.
Según el Segundo Observatorio sobre comportamientos de los conductores en la red de Autopistas, realizado por Autopistas en 2018 en colaboración con Intra, un 38,1% de los conductores de vehículos ligeros, conduce por encima del límite de velocidad permitido superando el límite entre 5 y 10 km/h, el 67,1% de los vehículos no pone el intermitente en las incorporaciones a su carril de origen tras realizar un adelantamiento y un 3,4% de los conductores de vehículos ligeros usa el teléfono móvil sin hacer uso del dispositivo de manos libres durante la conducción en autopistas.
Es obvio que todos los comportamientos mencionados no se realizan incorrectamente por desconocimiento, si no por una falta de actitud de los conductores al volante relacionada con la fatiga y el estrés, entre otros.
Para tener una buena actitud al volante es preciso estar concentrados, mostrar tolerancia hacia los demás conductores, conducir de una forma suave y no cometer infracciones que puedan poner en peligro tu vida o la de los demás. La experiencia permite el dominio de las habilidades de la conducción, pero no siempre mejora ni los conocimientos ni las actitudes. Si nos tomamos la conducción de forma relajada y respetuosa, no sólo nos beneficia a nosotros si no también al resto de conductores.
¿Cómo podemos evitar una actitud negativa al volante?
Existen múltiples componentes que influyen en el comportamiento de los conductores, si los conocemos, podemos evitarlos y reducir así situaciones peligrosas.
Factores relacionados directamente con el estado de ánimo:
- Estrés: según la Dirección General de Tráfico (DGT), el 77% de los conductores españoles conduce bajo estados de estrés. Recuerda, ante situaciones de estrés, mantén la calma. Las actitudes agresivas al volante pueden ser la causa de un accidente.
- Agresividad: puede ser causada por factores externos (como las retenciones o la conducción irresponsable por parte de otros usuarios de la vía) que hacen que el conductor se pueda volver agresivo, o por factores internos como la irritabilidad y el estrés acumulado.
- Fatiga y sueño: en trayectos largos, es recomendable detener el vehículo en un Área de Servicio cada dos horas o 200 km. Del mismo modo, si realizas un trayecto corto y tienes síntomas de cansancio, como podría ser entre semana en un trayecto hacia el trabajo, es recomendable hidratarse a menudo, mantener una temperatura idónea en el interior del vehículo o bien detenerse y realizar estiramientos y lavarse la cara.
- Depresión: además de los efectos de los fármacos, las características de la depresión son el desinterés, la baja capacidad de concentración y la lentitud de reacción.
Factores externos que provocan distracciones:
- El móvil: el uso inadecuado del teléfono móvil es una de las distracciones más habituales, aunque sea mediante manos libres.
- Las distracciones dentro del coche: si estás conduciendo, debes estar pendiente de todo lo que está sucediendo en la carretera. No es recomendable prestar atención a lo que está sucediendo en el interior del vehículo, como conversar con los acompañantes, buscar objetos en la guantera o, si se viaja con niños, girarse para ver si están bien, por ejemplo.
Nuestros actos y actitudes, tanto en el desarrollo diario de nuestra actividad como en nuestra vida particular, tienen repercusión e impacto en el resto de la sociedad. Todos los usuarios de la vía pública asumimos una responsabilidad. Si tienes consciencia de tus comportamientos mientras conduces, podrás evitar situaciones de riesgo y contribuir con una circulación más segura. Si viajas, ¡hazlo con una buena actitud al volante!